Dejaste de ser mi último verano, no me había dado cuenta de lo atrás que queda eso. El tiempo lleva un ritmo nuevo. Todo parece distinto; es, distinto. Nada queda, nada dura mucho. Pero sigue habiendo imágenes, como una especie de pensamiento visual, a un nivel primitivo.
A mi alrededor veo a seres perdidos, abrumados, inocentes e inconscientes, ávidos de amor, sobreviviendo en un mundo cambiante que no se detiene en ningún momento. Y yo sólo puedo creer en la humanidad (humanidad que se supone nos hace excepcionales) y creer en crear algo con mis manos. Quiero obtener verdades como puños y mirar en los ojos de los puros.
Parece mentira , pero vuelvo a estar aquí, sentada, frente al papel, dejando llevar a mi imaginación las riendas esta noche. En silencio, que me encanta, sola y sincera.
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